El fideicomiso es un arreglo mediante el cual una persona administra un caudal de bienes para beneficio de otra, siguiendo los objetivos establecidos por el fundador/a. El caudal está separado de los patrimonios del fundador/a, el administrador/a y del beneficiario/a y por lo tanto está exento de cobro y embrago de parte de los acreedores de esas personas. El fideicomiso constituye así un vehículo para la protección de bienes.
Se puede constituir un fideicomiso sobre los bienes que herede un menor de edad o incapacitado, pudiendo así una persona sin patria potestad o tutela controlar el caudal hereditario correspondiente al menor mientras el menor cumple la mayoría de edad o mientras dure la incapacidad.